Peñarol se quedó con el sueño de la Fusión en una noche donde le salió todas y fue una aplanadora para el conjunto santiagueño que además de no contar con su base titular, Jonathan Treise, lució desdibujado. Un categórico 87 a 58 le dio al equipo marplatense la posibilidad de conseguir otro título internacional.
El desgaste del juego inicial ante Halcones y la pérdida de Jonathan Treise por lesión, sumado al gran juego de Peñarol, se combinaron para hacer un coctel que saboreó el local para derrotar 87-58 a Quimsa, dejarlo sin chances en la Liga de las Américas e ilusionarse con el segundo título en la tercera edición del máximo certamen continental. Los muy bajos porcentajes de la Fusión, contrastaron con los elevados de los marplatenses y el resultado derivó en una diferencia que no existe entre un equipo y otro.
El partido arrancó muy peleado, y dentro de esa lucha Peñarol sacó ventajas porque lució más aguerrido en defensa, no dejó recibir a González y Mázzaro tomó tiros forzados. Por eso la Fusión estuvo tres minutos sin convertir. De a poco, el local se hizo dueño del trámite, pudo correr la cancha con Lamonte y Rodríguez castigó desde el perímetro. Quimsa lucía desconcertado porque no tenía orden en el traslado, Romano arrancó con Muruaga de base, luego puso a Dobie y terminó el cuarto con Orellano, quién lo hizo de manera más criteriosa. Dionisio era el único que anotaba cuando el local sacó la máxima (19-5) hasta que Mázzaro se encendió y el primer parcial terminó 19-10.
En el segundo cuarto el local siguió presionando la salida con Campazzo y logró ensuciar el traslado por lo que las ofensivas de Quimsa carecieron de fluidez. Para colmo apareció Gutierrez con una bomba de tres y Campazzo con otra para sacar la máxima (28-13) y Romano pidió minuto con 3 recién jugados. La Fusión falló tiros relativamente cómodos (White, Gil y González sólo debajo del aro), Diez clavó un triple para aumentar a 19 la diferencia (32-13). De ahí hasta el final del parcial, la ventaja se amplió sencillamente por la abismal diferencia de efectividad en cancha: 8.3 en dobles (1/12) y 40 en triples (2/5) para Quimsa; 50 en dobles (3/6) y 62.5 en triples (5/8) para Peñarol. Al descanso largo se fueron 44 a 25.
No hubo reacción
Sí Quimsa soñaba con tener una reacción, el tercer cuarto terminó por derrumbar esas esperanzas. El equipo seguía desarticulado y sólo los arrestos individuales de Mázzaro y González intentaban sostenerlo. Pero lo del local siguió siendo más sólido, con un Rodríguez que volvió a explotar en ofensiva, esta vez siendo efectivo desde la línea. Al último cuarto arribaron 69-39.
Aunque el partido estaba definido de hace rato, el último parcial no estaba de más. Porque Peñarol siguió enchufado sabiendo de que ampliando la diferencia crecían sus chances de ser campeón. “Tato” y Lamonte hicieron delirar al estadio con un precioso alley up que definió el extranjero y después el base puso una asistencia deliciosa a Vega. Así, a toda orquesta, cerró el partido Peñarol. Pero Quimsa se fue con la frente alta y recibió la merecida ovación de su hinchada cuando dejaba la cancha.
Fuente: Diario El Liberal